Vi a un amigo perdido, caminando solo por un sendero de montaña embarrado bajo una lluvia ligera, incapaz de oír el viento y la lluvia a lo largo del camino, con sólo sus pies hasta donde alcanzaba la vista. Yendo y viniendo desde las primeras horas de la mañana, era como si viera el yo de 2020.
¡Vacío!